Recorridos

Théo Angelopoulos o todos somos Odiseo

Aproximación bibliográfica a la obra del cineasta griego.

Dos hermanos en busca de su padre... De camino a la lejana y casi utópica Germania (qué bonito pronunciado por la niña...). Como Telémacos aventureros o Penélopes impacientes, la pareja avanza hacia el infinito... o hacia un árbol. Esto era Paisaje en la niebla. El viaje, el camino... Así funciona el cine de Théo Angelopoulos, una poética del transcurrir. Con películas como El paso suspendido de la cigüeña, Los cazadores, El viaje de los comediantes o las celebradas y más recientes La mirada de Ulises y La eternidad y un día, Angelopoulos se ha convertido en uno de los referentes cinematográficos y culturales de la Europa contemporánea. Atraído por cineastas de la talla de Dreyer, Jancsó, Bresson, Pasolini o el mismo Bergman, el cineasta griego propone en sus films una muy personal e introspectica visión de la historia y la pasión que se acompaña de la coreografia y la simple majestuosidad de los grandes. Musical y estimulante, nada apagado, justo, como un Tarkovski de los balcanes, con o sin Tonino Guerra, Angelopoulos ha desplegado en su cine una fuerza que, a día de hoy, es difícil homologar con cualquier otro cineasta. He aquí, a modo de obituario, una serie de volúmenes que lo comentan. El viento sigue soplando, la niebla se disipa... y las películas de Angelopoulos seguirán siendo fuente de inspiración por los siglos de los siglos.

Bibliografía destacada